miércoles, junio 11, 2008

Las buenas intenciones pueden ser..., más bien, desagradables.

Por Leslie Felker
PARA "THE TRIBUNE-REVIEW"
Domingo, 4 de Marzo, 2007


Si alguna vez has sido comprador en algún tipo de tienda, seguramente te has encontrado con estas situaciones.

Usted no tiene que ser padre para reconocer la típica actitud de una persona extraña en una tienda que se acerca a un padre estresado con un niño quejoso y llorón para ofrecer su ayuda experta. Los comentarios pueden variar desde algo grosero como – “En mis días, cuando un niño se portaba así se le daba unas nalgadas” – hasta algo molesto – “Oh, pobre criatura, como que necesita una siesta. No quiere que lo arrastren hasta la tienda” – hasta tenebroso – “Usted debería decirle que si sigue chupándose el dedo se le va a arrugar como una pasa y se le va a quedar así.”

Cualquiera que sea la intención de la persona que observa, el padre casi siempre se siente más perturbado por tener que además aguantar comentarios o consejos no solicitados sobre lo que ya era una situación frustrante.

Añádale a esto el número en aumento de desordenes como el autismo o DDA (Desorden de Déficit de Atención) y viajes al supermercado donde el resultado de la desinformación o de la gente mal informada acerca de estos diagnósticos es siempre un desastre.

Para un niño con problemas de integración o necesidades de procesamiento sensorial, el supermercado es uno de los peores lugares de sobre carga de estimulo sensorial que existen. Luces fluorescentes que zumban, el olor a muchas comidas y flores, la música que suena en el fondo, la fruta que llama a ser apretada, y el esquivar y chocar de carritos y personas: todo esto es frecuentemente abrumador para niños en general y aun mas para niños con problemas sensoriales.

La mayoría de los padres quieren salir de la tienda tan rápido como sea posible. Luego, apenas la línea para pagar esta a la vista y la cajera se despide de su último cliente mientras este se aleja, la siguiente situación se presenta:

Una señora entrometida voltea la cabeza para decir con indiscreción, “Debería tenerlo con el cinturón ajustado. Se podría caer y lastimarse”. Tu comienzas a explicarle que le habías puesto el cinturón y que quizás se lo acaba de desabrochar, cuando otro comprador se te adelanta en la cola para pagar, y tu estas en el pasillo 12 explicándole a un perfecto (o probablemente no tan perfecto) extraño el por que no hay razón de llamar al departamento de servicios de niños y jóvenes, que realmente no eres negligente o expones a tus hijos al peligro regularmente.

Mientras ella asiente con la cabeza, observa de manera suspicaz el hematoma en la mejilla de tu hijo, e inconscientemente te hayas dándole una explicación acerca de la caída que tuvo hace dos días de la mesa del centro de la sala mientras corría tras una pelota, dándote cuenta de inmediato que no deberías estar diciéndole esto, y que ella probablemente se está imaginando porque un padre responsable permite el uso de una pelota dentro de la casa. Viendo que la caja registradora se encuentra vacía nuevamente, usas la excusa de la siesta del niño para escabullirte, pagando tus víveres y dirigiéndote a toda carrera hacia el estacionamiento antes de que te pueda seguir y anote la matrícula de tu auto.



Para padres de niños pequeños, este tipo de experiencia resulta muy familiar. Una visita a la tienda con los niños no debería sentirse como un juicio en la corte. La próxima vez que veas a un niño inquieto y un padre extenuado en la tienda, quizás quieras mostrar un poco de simpatía con una mirada de entendimiento y una oración silente. Puede ser que al final este gesto tenga mucha más buena intención.

7 comentarios:

Unknown dijo...

Es dificil cuando como seres humanos no entendemos muchas situaciones de los demas, es facil opinar y es muy dificil ponerse en los zapatos de los demas, antes de no saber que mi sobrino Eduardo tenia autismo muchas veces juzgue a padres por el comportamiento de sus hijos, hoy en día soy tía y madre es lo mas maravilloso del mundo ayudar a la gente y demostrar que aunque sea un poco se entiende el comportamiento de sus hijos, es importante ayudar nosotrso como padres agradeceremos la ayuda o el gesto. Un beso enorme a mis sobrinos Eduardo y Gustavo, LOS AMO...

PATO dijo...

La verdad ke tenes mucha razon en lo ke contas, yo tengo un niño con T.G.D y se me hace muy dificil ir a comprar con el y mucho mas dificil con el y su hrmanita de 3 años. Pasan muchas cosas adentro del supermercado cuando voy, ya ke primero y principal me molesta muchisimo cuando la gente habla sin saber, y depues me molesta tambien cuando una de las cajas del super es para personas discapacitadas o embarazadas, oviamente siepre hay otro tiepo de gente en la caja otro tipo de gente ke no tiene nada ke ver con la discapacidad y con el embarazo, entonces cuando vas a dicha caja para pagar te miran como diciendo...
mira esta se me adelanto, o otro comentario ke escuche hace poco fue... esta se aprovecha de la discapacidad del chico para irsa mas rapido.
PERO NO ME APROVECHO DE NADA KIERO SALIR LO MAS RAPIDO POSIBLE PARA KE MATI NO SE SIGA ENOJANDO MAS DE LO KE ESTA!!!!!
APARTE LA CAJA ES PARA DICAPACITADOS!!!!!!!!!!!!!!!
Bueno antes ke me siga enojando me presento... soy Patricia mama de matias y de belen, te invito ke pases por mi blog asi nos conoces, yo te conozco pr el blog de T.G.D.
te mando un abrazo y te sigo leyendo ya ke me gustaron mucho las cosas publicadas con el tema del autismo.

mamiago dijo...

¿Cómo van esos niños? Saludos, Inés.

mamiago dijo...

Feliz año chicos!!!!

Lasonrisadearturo dijo...

!Hola! Hemos creado un nuevo blog
Te invitamos a participar
http://autismoa-z.blogspot.com/

Lasonrisadearturo dijo...

!Hoola! Nos encantaría contar con vosotros
http://autismoa-z.blogspot.com/
Saludos
Las 3 mosqueteras

Sandra dijo...

cuantos comentarios y miradas hemos de sufrir, a veces tengo la sensación de que no está viendo tan solo a un niño sino al mismo demonio o a un ALIEN, por Dios, cuanta ignorancia y faLTA DE SENSIBILIDAD.
un saluditooo desde Gran Canaria